Qué es el ratio Sharpe

Creado por el economista estadounidense y premio Nobel de Economía, William Forsyth Sharpe (graduado en la Universidad IV League de Stanford en EEUU), este indicador calcula la rentabilidad que ofrece una inversión en relación al riesgo que se asume con ella. 

Hay que tener en cuenta que el inversor suele fijarse en la rentabilidad de los activos para decidir dónde deposita su dinero, aunque también es importante el nivel de riesgo de cada inversión. De ahí que el Ratio de Sharpe ayude a medir el exceso de rendimiento por unidad de riesgo de una inversión, conociendo hasta qué punto la rentabilidad de una inversión compensa al inversor a cambio del riesgo asumido.

¿Cómo se calcula el ratio de Sharpe?

El ratio de Sharpe representa una fórmula sencilla de calcular y permite comparar vario fondos entre sí. De este modo, aquellos fondos que contasen con una ratio de Sharpe más elevada proporcionarán una mayor rentabilidad para un mismo nivel de riesgo. De ahí que sean los preferidos por los inversores.


 
Presentada su fórmula, la S representa la ratio de Sharpe; la R el rendimiento esperado del fondo de inversión o activo financiero analizado y la RF la rentabilidad esperada de un activo sin riesgo. Además, la σ es la desviación típica del rendimiento del fondo que se ha analizado.

Bastará con dividir la rentabilidad del fondo (tras restarle la tasa de interés de un activo sin riesgo) entre la desviación típica de la rentabilidad del fondo (equivale a la volatilidad histórica de dicho fondo). El resultado será el ratio de Scharpe de un fondo de inversión.

Por consiguiente, si se cuenta con dos fondos (uno con un 15% de rentabilidad en el último año y otro con un 9% de rentabilidad), el ratio de Sharpe permitirá conocer realmente cuál reporta mayores beneficios. De ahí la necesidad de conocer el riesgo del activo libre de riesgo y la volatilidad histórica de ambos fondos. 

Plena utilidad

El ratio de Sharpe es fundamental, como bien hemos comentado con anterioridad, a la hora de apostar por los fondos de inversión, ya sea a nivel profesional o particular. Se puede emplear como instrumento financiero clave y alternativo a la financiación bancaria. De igual modo, permite colocar excedentes de liquidez, por lo que es indispensable que los responsables de los departamentos financieros conozcan todas sus características y riesgos asociados, además del mejor análisis y valoración.

Sin duda, el ratio de Sharpe permite mostrar hasta qué punto el inversor está dispuesto a asumir un riesgo para obtener mayor retorno de inversión (ROI). Y es que uno de los errores más frecuentes a la hora de elegir un fondo, tanto por parte del inversor como por parte del asesor, es fijarse demasiado en las rentabilidades, en lugar de los niveles de riesgo correspondientes. 

En primera instancia, un fondo de elevada rentabilidad puede llamar la atención de cualquier inversor, aunque pocas veces se analiza el riesgo que se asume para obtenerla. 
En este caso, gracias al ratio Sharpe, se podrá comparar un fondo de renta variable emergente con un fondo de renta variable americana. El emergente asume mayor riesgos al invertir en sus activos y equivale a unas rentabilidades más elevadas. No obstante, el inversor puede experimentar pérdidas más importantes. De ahí el valor del ratio de Sharpe para calcular la relación entre las dos variables: rentabilidad y riesgo.

Un activo sin riesgo sería la rentabilidad de la deuda pública a corto plazo emitida por gobiernos y empresas del área geográfica similar a los activos en los que invierte el fondo. 

La comparativa real

En resumen, el índice o ratio de Sharpe demuestra que cuanto mayor fuese mejor sería la rentabilidad del fondo comparado directamente a la cantidad de riesgo que se ha asumido en la inversión Si el ratio de Sharpe es negativo, indicará un rendimiento inferior a la rentabilidad sin riesgo.

Hay que tener en cuenta que todo ratio de Sharpe inferior a uno significará que el rendimiento del activo es inferior al riesgo asumido al invertir en un activo determinado. De este modo, si la volatilidad del fondo de inversión es grande, se asumirá un mayor riesgo, salvo que el rendimiento del fondo compensase la rentabilidad.

El fondo con un ratio de Sharpe más elevado será aquel que nos proporcione mayor rentabilidad para un mismo nivel de riesgo. Se trata de un indicador fundamental a la hora de acometer cualquier tipo de inversión.