El escritor más importante del mundo en la literatura de autoayuda, Napoleon Hill, aseguraba que lo siguiente: “Tú tienes el control sobre tus emociones, no lo pierdas. No se trata de no demostrar tu molestia, sino de hacerlo mesuradamente, sin después arrepentirte de una acción cometida en un momento de descontrol”. Una frase que puede y debe extrapolarse al mundo del trading, ya que es una estrategia de inversión donde la psicología influye casi tanto como el control de la técnica.
El autor del libro "Tener Éxito en Trading", Van K. Tharp, propuso una ponderación en la que asigna distintos niveles de importancia a elementos clave dentro de la estrategia de trading. Según esta perspectiva, la psicología del trading representaría el 60% de relevancia, la gestión de capital un 30%, y la estrategia operativa un 10% en el marco de la estrategia global.
¿Por qué es tan importante la psicología?
El trading implica un fuerte control de las emociones. Se trata de jugarse una cantidad de dinero en una operación que puede durar minutos, horas o días. Antes de tomar la decisión, el trader analiza en profundidad el mercado para poner la orden (en corto o en largo) correcta. Sin embargo, si el mercado no responde a la lectura que el trader ha realizado en un primer momento, es muy fácil comenzar a perder los nervios, cerrar la operación y perder dinero. También puede ocurrir lo contrario, que el exceso de confianza nos lleve a ser demasiado arriesgados confiando en que el mercado se dará la vuelta y nos dará la razón. No saber cerrar una operación a tiempo puede ser igual de peligroso que cerrarla demasiado rápido. La dificultad, como se puede apreciar, es mayúscula. Por ello, el control de las emociones y la mente analítica tienen un papel fundamental.
¿Cómo mejorar el autocontrol?
El control de las pérdidas
Perder y equivocarse es normal, es humano y es habitual. Por eso, hay que aceptar que en operaciones de las que se estaba plenamente seguro, cabe la posibilidad de equivocarse. La clave no está en las veces que perdemos dinero, sino en el porcentaje de capital que arriesgamos en cada operación y los ratios riesgo/recompensa que logramos a cambio. Por ello, es crucial tener políticas de gestión monetaria y un plan de trading en el que estudiar rigurosamente todas las operaciones para tener estadísticas claras sobre nuestro trading. Así mismo, utilizar herramientas como el stop-loss para limitar las pérdidas y no excedernos demasiado, puede jugar a nuestro favor y ayudarnos a tener un mayor control de nuestras operaciones y de nuestras emociones.
Tener una hoja de ruta
La improvisación nunca suele ser buena compañera, en el trading tampoco lo es. Por ese motivo, es muy recomendable contar con una hoja de ruta, un plan predefinido que seguir. Si tenemos clara nuestra estrategia, en qué queremos operar, qué herramientas vamos a utilizar y cuál será nuestro objetivo temporal, solamente tenemos que seguirlo. Repetir la operación y mantenerla. Habrá veces que se pierda y otras que se gane. Lo importante es que el porcentaje de ganancias supere al de las pérdidas.
Evitar tener la estrategia perfecta
Es imposible acertar siempre y buscarlo puede ser peligroso y frustrante. Por tanto, debemos construir la estrategia más idónea, la que nos genere un mayor porcentaje de aciertos. Sin embargo, nunca será del 100%. Incluso, es muy probable que tampoco sea del 90%. Por tanto, hay que buscar la más eficaz, pero no la infalible, porque no existe.
Tratar de compensar pérdidas
Un error que puede generar un efecto de bola de nieve y aumentar notablemente las pérdidas es el hecho de tratar de compensarlas. Probablemente, tengamos de vez en cuando una mala sesión o una mala racha. Lo que no es recomendable es arriesgarse más en la siguiente operación con la premisa de tenerlo más claro para tratar de compensar las pérdidas de operaciones equivocadas anteriores. Por eso, es mejor no aumentar el dinero invertido en la siguiente operación para buscar compensar lo perdido.
Saber parar y reinventarse
Quizá la técnica o estrategia que estemos usando no sea la ideal para nuestros objetivos. Por eso, es necesario hacer balance. Parar, estudiar los fallos, perfilar de nuevo la estrategia y reorientarla. Antes de volver de nuevo al mercado, probarla en cuentas demo es muy recomendable. Al final, los mercados y las tendencias pueden cambiar y nuestra estrategia también debe hacerlo para seguir siendo eficaz.
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